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Cláusulas abusivas en contratos mercantiles: cómo identificarlas

Cláusulas abusivas en contratos mercantiles: cómo identificarlas

En las relaciones comerciales, los contratos son el eje que regula los derechos y obligaciones de las partes. Sin embargo, no todos los contratos son justos ni equilibrados. En muchas ocasiones, especialmente cuando una de las partes tiene mayor poder económico o informativo, se incluyen cláusulas abusivas, es decir, disposiciones contractuales que otorgan ventajas desproporcionadas a una parte en perjuicio de la otra. Detectarlas y evitarlas no solo es un asunto de técnica legal, sino de protección patrimonial.

En el ámbito mercantil, las cláusulas abusivas no están definidas con precisión en una sola norma, pero pueden identificarse como aquellas que imponen obligaciones excesivas, eliminan derechos fundamentales o trasladan riesgos que, por equidad, deberían ser compartidos. Estas cláusulas pueden encontrarse en contratos de adhesión, prestación de servicios, distribución, suministro, arrendamiento comercial o franquicia, entre otros.

Un ejemplo común es la renuncia anticipada a derechos legales, como el derecho a demandar, a rescindir el contrato por causa justificada o a recibir indemnización por daños. Aunque en materia mercantil las partes tienen una amplia libertad contractual, esta libertad no es absoluta: no se puede renunciar válidamente a derechos fundamentales o a principios de orden público.

Otro tipo de cláusula abusiva es aquella que impone penalidades desproporcionadas por incumplimiento, mientras que no establece ninguna consecuencia si la otra parte incumple. Por ejemplo, contratos en los que una parte se obliga a pagar una multa elevada por retraso, pero la contraparte no asume responsabilidad alguna por fallas en la entrega, calidad o incumplimientos similares.

También son frecuentes las cláusulas que trasladan riesgos operativos o legales de manera injustificada, como hacer responsable al proveedor por todos los daños, incluso cuando el cliente incumple las condiciones de uso del producto o servicio. O bien, contratos que obligan al prestador a seguir trabajando incluso si el cliente no paga, bajo la amenaza de penalidades o cláusulas de exclusividad.

Un tipo grave de cláusula abusiva se da cuando se impide el acceso a la justicia, por ejemplo, al establecer que cualquier disputa solo puede resolverse en tribunales extranjeros, o en jurisdicciones inaccesibles para la parte con menor capacidad económica. Aunque en algunos casos estas cláusulas pueden ser válidas si fueron libremente pactadas, en la práctica muchas se imponen sin negociación real.

Para identificar cláusulas abusivas, es necesario analizar:

  • ¿Hay equilibrio entre las obligaciones de ambas partes?

  • ¿Una de las partes asume todo el riesgo, mientras la otra se libera?

  • ¿Se renuncian derechos sin causa?

  • ¿Se fijan penalidades excesivas?

  • ¿Se impide el acceso a mecanismos razonables de solución de controversias?

En los contratos de adhesión, regulados por la Ley Federal de Protección al Consumidor, existen criterios específicos para determinar abusividad, pero en los contratos entre empresas se aplica el principio de equidad contractual con base en la buena fe, el derecho común y la jurisprudencia civil y mercantil.

En juicio, las cláusulas abusivas pueden ser impugnadas por nulidad parcial, y en ciertos casos se puede obtener la inaplicación de la cláusula o incluso la rescisión del contrato. Sin embargo, esto suele requerir procesos largos y costosos. Por ello, la prevención es la mejor defensa: un contrato bien revisado y equilibrado desde el inicio evita litigios y pérdidas económicas.

Las cláusulas abusivas no siempre son fáciles de detectar, pero sus consecuencias pueden ser severas. Toda empresa, sin importar su tamaño, debe revisar sus contratos con atención y contar con asesoría jurídica especializada. No basta con firmar: hay que entender lo que se firma, evaluar sus implicaciones y equilibrar los riesgos.

Un contrato justo es aquel que protege a ambas partes, distribuye los riesgos con equidad y permite que, en caso de conflicto, exista un camino razonable para resolverlo. Evitar cláusulas abusivas es un acto de responsabilidad legal y de visión empresarial.

¿Se pueden impugnar las cláusulas abusivas en contratos mercantiles ante un juez?

Sí. En el sistema jurídico mexicano, una cláusula abusiva puede ser declarada nula o inaplicable por un juez, incluso si el contrato fue voluntariamente firmado por ambas partes. Esto es posible porque, aunque en materia mercantil rige el principio de autonomía de la voluntad, existen límites derivados de la buena fe, el equilibrio contractual y el orden público.

El artículo 1796 del Código Civil Federal (aplicable supletoriamente al derecho mercantil) establece que los contratos deben celebrarse y ejecutarse de buena fe, y que sus efectos no deben ser contrarios al orden público ni a las leyes prohibitivas. Si una cláusula impone cargas desproporcionadas, elimina derechos esenciales, impide el acceso a la justicia o exime a una parte de toda responsabilidad, puede considerarse nula por abusiva o contraria al principio de equidad.


¿Qué puede pedir una parte afectada en juicio?

En un juicio civil o mercantil, una parte afectada por una cláusula abusiva puede solicitar:

  1. La nulidad parcial del contrato (solo de la cláusula abusiva).

  2. La inaplicabilidad de la cláusula en particular, sin afectar el resto del contrato.

  3. La rescisión del contrato completo, si la cláusula abusiva afecta sustancialmente el equilibrio del acuerdo.

  4. Daños y perjuicios, si la cláusula abusiva le causó pérdidas patrimoniales.

El juez analizará si existió asimetría entre las partes, si hubo falta de negociación real, si la cláusula se impuso de forma unilateral o si su aplicación rompe el equilibrio natural del contrato.


¿Qué tipo de cláusulas suelen impugnarse?

Las cláusulas abusivas que más comúnmente se impugnan en juicio son:

  • Renuncias anticipadas al derecho de demandar o rescindir.

  • Penalizaciones desproporcionadas por incumplimiento.

  • Exoneraciones de responsabilidad de una sola parte.

  • Jurisdicciones inalcanzables o imposición de tribunales extranjeros sin justificación.

  • Obligaciones excesivas o inejecutables impuestas solo a una de las partes.

  • Cláusulas que impiden la terminación anticipada sin penalidad.


¿Qué exige el juez para declarar una cláusula abusiva?

El juez no puede declarar de oficio que una cláusula es abusiva; debe ser solicitado expresamente por la parte afectada. Además, se requiere:

  • Acreditar que existió desequilibrio entre los derechos y obligaciones.

  • Probar que no hubo verdadera negociación, especialmente en contratos de adhesión.

  • Demostrar que la cláusula genera un efecto lesivo, injusto o contrario a la buena fe.

  • Señalar cómo esa cláusula afectó el cumplimiento o el objeto del contrato.


Conclusión

Sí es posible resolver cláusulas abusivas en juicio mercantil, pero requiere un análisis técnico del contrato, la relación entre las partes, y las consecuencias jurídicas de su aplicación. Por ello, lo ideal es prevenir: identificar y negociar las cláusulas abusivas antes de firmar. Pero si ya se firmó y una cláusula te está afectando injustamente, la vía judicial es un camino viable para restaurar el equilibrio contractual.